Todo tipo de hechos así como las actitudes y conductas, de manera silenciosa, van educando diariamente a nuestros hijos en valores.
Cada periodo en el crecimiento del niño requiere distintas actitudes. Instintivamente el padre al moverle los pies al bebé, lo ayuda a practicar ejercicios; al cantarle, trata de comunicarse con él. Una vez que el niño adquiere su vocabulario propio y la fuerza necesaria para expresar sus deseos en acciones independientes, la relación entre padre e hijo tiende a ser negativa y frustrante para ambos.
El educar a un hijo no es un oficio, ni es algo que pueda atenerse a un programa específico de acción. Es una relación sutil y casi indefinible que puede ser realizada a través del juego o transformarse en algo desagradable de lo cual no se puede escapar.
Los niños exploran el medio a medida que se mueven e interactúan con él. Los ejercicios de motricidad fina permiten hacer movimientos pequeños y muy precisos y ejercen una influencia muy directa sobre el desarrollo de la inteligencia cognitiva.
La llegada de un nuevo integrante de la familia es uno de los acontecimientos más felices de la familia; sin embargo, algunos de sus miembros pueden sentirse desplazados por el bebé que llega a la casa.
Las estadísticas nos dicen que dos de cada cinco niños son tímidos, y las huellas que esto les deja pueden durar toda la vida. Sin embargo, los padres pueden ayudar mucho al respecto, he aquí algunos consejos que le serán de utilidad a la hora de ayudar a sus hijos a vencer la timidez.