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Instruir, palabra que deriva del latín instruere, que significa enseñar. Instruir es informar, comunicar determinadas ideas, conocimientos o doctrinas de una forma sistemática. La instrucción implica la transmisión de normas, reglas o preceptos que deben ser cumplidos y tenidos en cuenta. A través de ella se trata de incorporar o «introducir» en la otra persona determinada información que debe conocer.
Cuando se utiliza el termino «educar», además de ese componente de método, sabiduría y disciplina, se va más allá aún. Educar implica dirigir, encaminar, orientar. Mediante la educación se transmiten también preceptos, ejemplos y se indica lo que es adecuado y lo que no es; se ejercita a la persona para que pueda desarrollar su potencial y perfeccionar sus facultades, tanto de índole intelectual como moral.
Cada persona es única
Es frecuente escuchar, en palabras de algunos padres, frases del tipo «queremos a todos nuestros hijos por igual», «les damos el mismo trato a todos». Las relaciones afectivas y el mundo emocional no resultan ser algo tan matemático y fácil de ponderar.
Con estas expresiones intentamos habitualmente hacer valer nuestra intención de ser justos. En ocasiones, puede denotar cierta actitud de justificación ante lo inexplicable del hecho de que las estrategias educativas se han intentado aplicar por igual para todos y en cada caso han dado un resultado muy diferente. El estilo y las pautas educativas que se han utilizado con todos los hijos pueden ser muy similares, pero no se les educa a todos por igual.
Cada hijo es diferente, tiene su propia personalidad y muestra cualidades y limitaciones que le distinguen claramente de sus hermanos y de los demás niños. Unos hijos requieren más ayuda en el ámbito del estudio, otros se muestran más independientes, los hay quienes solicitan más apoyo emocional, algunos se muestran especialmente reservados, otros solicitan que se les anime y motive, hay quienes requieren de una mayor supervisión de su conducta. Así por ejemplo, tendría poco sentido aplicar el mismo esfuerzo en el estudio a todos por igual, o en todas las materias, sin discriminar aquellas en las que encuentran mayor dificultad.
Actividad
Responde las siguientes preguntas
a. ¿Con el método aplicado en tu hogar, instruyes o educas a tus hijos?
b. ¿La educación de tus hijos se da en el marco de la equidad?
c. De acuerdo a las respuestas anteriores ¿es necesario modificar tu comportamiento con respecto a la educación de tus hijos?
Fuente
Educar sin gritar, Guillermo Ballenato, España – 2007.