La importancia del respaldo

Ya lo dijo Heráclito: no podemos bañarnos dos veces en el mismo río. La vida es movimiento y nada permanece quieto aunque en apariencia lo esté.

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Esta es una preocupante verdad que el adolescente comienza a comprender lentamente. Pero no es el único que se inquieta con ella. En realidad, también los adultos necesitamos poner entre paréntesis el devenir constante para poder edificar nuestra vida.

Pero a diferencia del adulto, quien entra en la adolescencia es alguien que está saliendo de un periodo aparentemente inmóvil como lo es la infancia, por lo que su inquietud ante los cambios es mayor y solo puede ser asimilada lentamente. Por supuesto, lo que ha cambiado no es el transcurso del tiempo sino su propia subjetividad, estimulada por los cambios hormonales que se expresan en modificaciones corporales manifiestas.

Por lo tanto, en esta etapa tan difícil en la que la arena del mundo parece escurrirse bajo sus pies, es importante que los adultos nos convirtamos en su punto de anclaje y que instemos a los más chicos y a todos los que lo rodean y lo quieren a transformarse en el «territorio seguro» donde se sienta a salvo de las supuestas amenazas externas.

Estimularlo significa, entonces, brindarle un ancla, un lugar en el que las cosas puedan ser percibidas de manera tan inmutable como en la infancia.

Por supuesto, no se trata de engañarlo creándole una situación tan ideal como ficticia, pero sí de demostrarle con claridad que hay un territorio en el que al llegar encontrará todo como lo dejó al partir. Y ese territorio no es otro que el del afecto que sentimos por él.

Para tener en cuenta

. Critica sus actitudes, no a él.

. Elogia sus logros, pero sin hacerle pensar que ya puede dormirse en los laureles.

. Ponle límites precisos.

.Expresa el enojo de forma tal que el adolescente no sienta que has dejado de quererlo porque cometió un error y sin declarar que está cerrada la vía del diálogo.

Recuerda

El adolescente es un ser que no solo experimenta cambios corporales, sino también profundas alteraciones de subjetividad en la forma de percibir el mundo y de percibirse a sí mismo. Y lo que vislumbra es un movimiento continuo en el que le parece imposible asirse a algo.

Fuente

Cómo estimular a un adolescente de hoy. Beatriz Goldberg. Arg. 2007.

Recuperado de: http://www.lagaceta.com.ar/nota/549478/sociedad/adolescentes-hablan-sus-actos-aprende-escucharlos.html

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