Cómo jugar con su hijo

El educar a un hijo no es un oficio, ni es algo que pueda atenerse a un programa específico de acción. Es una relación sutil y casi indefinible que puede ser realizada a través del juego o transformarse en algo desagradable de lo cual no se puede escapar.

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Funciones diferentes

Los padres y los educadores olvidan a veces que no tienen que afrontar el mismo problema del maestro. La escuela no es el hogar. La función del padre en el hogar no es la misma que la del maestro en el aula.

Para el maestro, los principios de las motivaciones del niño son un elemento muy importante para su trabajo profesional. Proporcionan un nivel medio, esperado, de comportamiento, capacidad y actuación en distintas edades, y el conocimiento de estas normas y de las desviaciones de ellas permiten al maestro juzgar qué es lo que puede hacer por los niños que están bajo su responsabilidad.

Por otra parte, es menos importante para el padre hacer las cosas para su hijo que hacerlas con él. Lo importante es que siga la orientación propia del niño para satisfacerlo en sus necesidades.

Cuando el pequeño juega al escondite, oculta los ojos detrás de las manos, a veces se cree que el niño trata de esconderse de su padre. Esta interpretación de su intención está fuera de lugar. ¿Tiene importancia el hecho de que usted sepa por qué lo hace? Es suficiente saber que quiere jugar al escondite. Le da alegría y lo necesita. Continué usted con el juego y diviértase con él; al jugar con su niño le hará disminuir el desagrado en el momento en que usted lo tenga que dejar solo. La motivación del niño en el juego tiene relativamente poca importancia. La suya es de suma importancia. Su motivación al jugar con él es su amor por el niño.

Cuando el niño necesita hacer ejercicio, se desperezará, correrá y brincará. Cuando necesite desarrollar actividad manual, edificará, construirá, usará sus herramientas. Cuando necesite información o estímulo, hará preguntas. Cuando necesite amor, se acercará a usted. Cuando necesite soledad, pedirá que se lo deje solo. Cuando necesite experiencia y disciplina, probará distintas actitudes y las aplicará en distintas circunstancias.

Esperar el momento

Los padres no deben tratar de anticiparse a las necesidades de su hijo, sino dejar que tan solo ellas lo guíen, a medida que van surgiendo en su vida; él las notará si se las pone a su disposición. La mejor manera de realizar esto es a través del juego.

Actividad

. Conversa con tu hijo sobre la relación que lleva con el maestro y compárala con la tuya de manera a notar las diferencias de roles, y saber qué hacer al respecto para fortalecer su formación lúdica.

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