3 DE MAYO. Pobladores de la compañía Dolores, jurisdicción de este distrito caazapeño, denuncian que sigue campante el tráfico de madera desde el área de reserva para Parque Nacional San Rafael. El negocio es manejado por Julio López Vázquez. Las maderas son comercializadas en la ciudad de San Lorenzo, departamento Central.
SAN JUAN NEPOMUCENO. Indígenas denunciaron la intensa actividad de los depredadores en el Parque Nacional San Rafael, sin que las autoridades hagan algo para frenar el desmonte.
SAN JUAN NEPOMUCENO. Un cargamento de cerca de 20.000 pulgadas de madera aserradas fue decomisado por el fiscal de medio ambiente de este departamento Jalil Rachid en la zona de la compañía Toro Blanco, jurisdicción del distrito de Tavai.
El área de reserva para Parque Nacional San Rafael, ubicado en los departamentos de Itapúa y Caazapá, se encuentra a merced de los depredadores que talan añejos árboles nativos con el silencio cómplice de las autoridades, quienes tienen la responsabilidad de controlar y castigar los delitos cometidos contra la naturaleza. El Parque Nacional Caazapá tampoco se escapa a esa barbarie. Un monitoreo satelital de la organización ambientalista WWF muestra cifras alarmantes de la deforestación en la Región Oriental que forma parte del Bosque Atlántico del Alto Paraná.
El asistente fiscal de medioambiente de Caazapá, Derlis Sanabria, se negó el sábado a acompañar un procedimiento policial dentro del área de reserva para Parque Nacional San Rafael. Argumentó temor a un eventual ataque de los depredadores y mosquitos. El objetivo de los efectivos policiales era capturar a un grupo de taladores que estaban trabajando en el monte.
Efectivos policiales instalados en las comisarías de las compañías Lima y Dolores, distrito de 3 de Mayo, departamento de Caazapá, fueron identificados como los protectores de los traficantes de madera del área para Parque Nacional San Rafael. Todos hacen la vista gorda.