La aparición de Josué Colmán en el fútbol profesional, integrando el equipo de Cerro Porteño, es sencillamente la ratificación de que en el Paraguay uno puede encontrar perlas hasta en un baldío. Suena exagerado. Pero que sirva el simbolismo para graficar el concepto: aún con la desaparición de las añoradas canchitas de barrio, siguen surgiendo jóvenes “cara sucia” que alegran el fútbol.
Últimamente se enquistó en la conciencia del hincha futbolero de nuestro país la siguiente idea: “el paraguayo es futbolero pero no canchero”. Es decir, gusta del deporte más popular del planeta pero su pasión no llega al extremo de concurrir religiosamente a los partidos para respaldar a su equipo favorito sea cual fuere las circunstancias.
La segunda fecha del campeonato Clausura pinta con meridiana claridad lo que acontece en nuestro fútbol de cabotaje. De los seis partidos cuatro arrojaron empate y los dos partidos donde hubo un ganador fue por la mínima diferencia, lo que implica que tampoco hubo una diferencia sustancial entre los contendores.
El amistoso ante México y los partidos garantizados que tiene por jugar en la primera fase de la Copa Centenario concederán a Ramón Díaz el factor tiempo, la herramienta más formidable de la que pueda disponer para de una vez por todas, pergeñar EL EQUIPO Y LA HECHURA FUTBOLÍSTICA que se precisa para lidiar con posibilidades en la competencia que realmente importa: las eliminatorias que nos pondrá o no, en el Mundial de Rusia. Asimismo, estos compromisos le servirán para saber quiénes son los jugadores que por capacidad y personalidad, serán útiles a la causa de la Albirroja.
Como quien no quiere la cosa, el campeonato Apertura ya quedó en el recuerdo. La consagración de Libertad el sábado pasado bajó el telón de un torneo salpicado por las suspicacias y resultados bastardeados por los horrores arbitrales. Sobre el punto, cabe aclarar que la impericia arbitral recorrió todos los barrios. Nadie quedó a salvo. Sin embargo, hay un detalle fundamental que marca la diferencia. Lo podemos calificar como LA IMPORTANCIA DEL MOMENTO.