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Si analizamos las realidades que arropan al fútbol sudamericano desde el prisma organizativo, administrativo y financiero, nos encontramos con un panorama sumamente preocupante.
El efecto dominó que generó y sigue generando el caso FIFA-GATE, con coletazos formidables en Sudamérica, ubica al ente regulador en esta parte del continente, la Conmebol, en una posición como mínimo incómoda y llena de incertidumbres. La justicia norteamericana no ceja en su afán de seguir investigando y las actuales autoridades no emiten señales positivas para transparentar todo de modo a disipar las dudas.
Un ejemplo claro del efecto multiplicador negativo que tuvo el escándalo es el verdadero vía crucis que soporta la Asociación del Fútbol Argentino. Se dice que hoy su selección nacional está sin técnico, sin Messi, sin campeonato y sin AFA por la crisis dirigencial que soporta, amenazada por la FIFA con una sanción severa si el Gobierno argentino se involucra, como lo está haciendo e impone un presidente.
Resulta evidente que con el fallecimiento de Julio Grondona se perdió el equilibrio de intereses y la AFA se convirtió en caos y anarquía. Hoy no saben qué tipo de campeonato van a disputar.
El tema de marras viene a colación por la cercanía y el consumo excesivo del fútbol argentino en nuestro país. Pero, fundamentalmente, porque debe significar una lección válida para nosotros de manera a no caer en errores que nos sumerjan en una situación caótica.
El fin de semana significó el inicio de nuestro torneo casero, como si todo fuese normal. Sin embargo, hay temas de fondo que ameritan soluciones de forma perentoria. Más allá de nombrar a un nuevo técnico, el aspecto financiero sigue bajo la lupa. El comisario del mundo nos vigila...
bmartinez@abc.com.py