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Es cierto, en este torneo se definen situaciones tanto arriba como abajo.
El descenso constituye motivo de pesadilla para más de dos equipos.
En contrapartida, la gloria que significa ganarla saca el sueño a los parientes ricos del fútbol paraguayo.
Olimpia, Cerro Porteño y Guaraní, probablemente con los mayores presupuestos y respaldados por una logística formidable, aun están con las manos vacías. Eso implica ausencia en las justas coperas del próximo año. Libertad está fuera de conversación por razones obvias.
En segunda línea, Nacional, Luqueño y Sol de América también se afanan por lograr un papel protagónico. El tiempo dirá si sus pretensiones son sustentables a través de los éxitos deportivos y el respaldo económico suficiente.
Los del resto evidentemente están para incordiar a los más copetudos. Sin tanta plata ni logística, en estas dos primeras fechas tiraron un mensaje claro: “podemos perder, pero les costará sudor y lágrimas...”. La realidad de los hechos nos indica claramente que en definitiva no hay rival inferior en capacidad.
De hecho... crecieron los enanos.
bmartinez@abc.com.py