Entusiasmado con la posiblidad de rescatar de la delincuencia a jóvenes infractores, el juez penal de la adolescencia Camilo Torres implementó el proyecto piloto de Justicia Juvenil Restaurativa desde agosto pasado en el juzgado de Lambaré a su cargo.
En un principio se pensó en un centro socioeducativo para ayudar a los menores infractores, pero las necesidades de la zona terminaron por desarrollar un centro de integración y apoyo comunitario.
Imposible imaginar que este joven de carácter alegre y trato amable fue alguna vez interno del correccional de menores Panchito López.
El futuro albergue pospenitenciario para jóvenes infractores del Centro Educativo Integral y del Centro Educativo Integral La Esperanza, ambos ubicados en Itauguá, ya tiene un lugar.
Una de las actividades que se realiza en los centros carcelarios como parte de la política de humanizar las penitenciarías es facilitar que los reclusos puedan participar de celebraciones litúrgicas como la misa.
Jessy Pérez (nombre ficticio) fue violada por su padre desde que tenía seis años. Su madre, lejos de protegerla, la culpó del abuso. A los ocho, huyó de su casa junto a su hermano mayor, de 13.