Un Tribunal de Sentencia declaró hoy la extinción del proceso judicial contra el ambientalista Rubén Figueredo, tras nueve años de haber sido abierto. Fue durante una nueva jornada del segundo juicio en su contra, ya que en el primero fue condenado a dos años, pero la pena fue anulada por la Cámara de Apelación.
Esta mañana se presentó una apelación a la condena de dos años de cárcel para Rubén Figueredo, enjuiciado por la acumulación de pilas y basura tecnológica. Argumentan una incorrecta aplicación de las leyes.
En las dos últimas semanas se dieron sentencias y otros fallos dentro de la administración que hacen dudar de que una persona que llega a los estrados judiciales termine consiguiendo la tan anhelada justicia. Mora judicial, “chicanas”, condenas con dudosos fundamentos, pedidos de sobreseimientos con pruebas contundentes que son desechadas y otros abundan a diario en el Palacio de Justicia.
El polémico fallo que condenó a dos años a un ambientalista por acopiar pilas y otros desechos nocivos en tambores de plásticos en la vereda y a unos 50 metros del Río Paraguay, no hace mención a la Municipalidad de Asunción, la Seam, ni a la Fiscalía, que “toleraron” el delito ambiental, y a los que incluso se los puede equiparar como cómplices del “contaminador” por firmar convenios y por haber trabajado con el condenado.
Como si no bastara la condena judicial para el ambientalista Rubén Figueredo, por tratar de ayudar en la recolección de pilas usadas, ahora lo amenazan de muerte a través de llamadas telefónicas anónimas.
Ambientalistas suspendieron este miércoles la manifestación anunciada para depositar pilas usadas frente a la Secretaría del Ambiente (Seam), luego de la condena a Rubén Figueredo por acopio de pilas y baterías.