El presidente de la Cámara Paraguaya del Gas (Capagas), Pedro Balotta, expresó que se viene una evidente y enorme intervención del Estado en el mercado del GLP, que no hará otra cosa que eliminar la inversión privada en el rubro, con el inicio de las operaciones de YPFB. La boliviana arrancaría en el país en unos dos meses.
La Unión de Gremios del Combustible emitió ayer un comunicado a través del cual considera que deben ser públicos los términos de la “alianza comercial” que están negociando los gobiernos de Paraguay y Bolivia en materia del gas.
Desde la primera licitación de Petropar para la compra de gas de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), en setiembre último, hasta la concretada hace apenas unos días, en diciembre, el precio del GLP boliviano subió US$ 172 por tonelada. El Gobierno insiste en una supuesta ventaja, lo que no se ve, y hasta pretende atarnos a Bolivia para la provisión por 20 años.
La denominada “alianza comercial” que sellaron el presidente de Bolivia, Evo Morales, con su par paraguayo surge tras el fracaso en el Congreso de aquel pedido de ratificación del Acuerdo suscripto entre Paraguay y Bolivia, y presentado por el propio Cartes, en noviembre de 2015. En el mismo se pretendía ceder la provisión de gas a YPFB por 20 años prorrogables.
Referentes del sector privado del gas aseguran estar desconcertados con el proyecto dado a conocer el lunes último, durante la visita realizada al país por el presidente boliviano, Evo Morales.
Pese a que la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) insiste en la conveniencia de utilizar gas natural para generar energía en la comunidad de Bahía Negra, en la práctica esto no será factible debido a la precariedad de los caminos en el Chaco. Para transportar el combustible desde la localidad de Gabino Mendoza, la firma proveedora debe recorrer una distancia de 400 kilómetros.