El fiscal Benjamín Maricevich Farías de la Unidad Penal N° 3 de la ciudad de Capiatá imputó al padre José María Velasco, cura párroco que había presidido una multitudinaria misa el Domingo de Ramos, en la ciudad de Capiatá. La imputación es bajo la figura penal de violación al decreto presidencial de cuarentena estricta.
Pasacalles con la frase: “No a la huida masiva de los católicos capiateños de la Iglesia: Renuncia Velazco” amanecieron ayer en el centro de Capiatá junto a panfletos que buscan ensuciar la imagen del párroco de ese distrito, padre José María Velasco. El ataque al cura coincide con una querella por difamación, calumnia e injuria presentada en su contra por el senador Derlis Osorio (ANR) y seis de sus colaboradores.
Antes que promover una querella contra un sacerdote que denuncia presuntos hechos despreciables o de corrupción protagonizados por los políticos o legisladores, el querellante debe aclarar las denuncias de los sucesos que se le atribuyen, dijo ayer la diputada Olga Ferreira de López.
El senador Derlis Osorio (ANR) no fue investigado por el Ministerio Público con relación a una denuncia de compra de dulces por cerca de G. 400 millones, así como de fiambres, yogur, manteca, anís y otros que los presos “ni olieron”, durante su gestión como ministro de Justicia y Trabajo. También se detectó un faltante de G. 460 millones en combustible.
Graves irregularidades en la administración del exintendente de Capiatá y actual senador Derlis Osorio (ANR) fueron hechas públicas por el semanario Virgen de la Candelaria, dirigido por el padre José María Velasco, desde hace unos cuatro años. Se basan en documentos de la CGR, como la no rendición de cuentas por más de G. 1.633 millones de la Comuna en el 2006. Las denuncias molestan al legislador, quien con seis de sus colaboradores querellaron al sacerdote.
CAPIATÁ (Corresponsal). El informe de la Contraloría General de la República (CGR) indicó además que los pagos realizados a la empresa Transporte de Carga de Bernardo Mendoza Galeano fueron efectivizados por el concejal municipal Esteban Galeano, ambos conocidos operadores osoristas en ese entonces.