Entre la bahía y el barranco se formó uno de los barrios más antiguos y populares de Asunción, Ricardo Brugada, más conocido como Chacarita. Un vecindario pintoresco de grandes contrastes, tal vez por ello estigmatizado. Está poblado de gente humilde y trabajadora que quiere un futuro mejor.
Noble y aristocrática, la esbelta fachada de la Catedral de Asunción domina y marca presencia en el Centro Histórico. Fue testigo de los acontecimientos más gratos y luctuosos para el país. Los límites originales de la parroquia llegaban hasta el lago Ypacaraí antaño y, aunque hoy día es un pequeño cuadrilátero, alberga importantes instituciones en la barriada.
La “iglesia andariega” de La Encarnación ha bautizado al barrio homónimo, uno de los más antiguos de la Madre de Ciudades. Abarca lo que habría sido el sitio fundacional en la Loma Cabará en pleno Centro Histórico de Asunción e incluye la colina del Volo Cue, donde hoy se halla asentado el magnífico templo desde el año 1889. El templo tuvo seis emplazamientos y fue testigo de importantes acontecimientos históricos del Paraguay.
El “Estadio de Sajonia” bautizado como “Defensores del Chaco” en 1975 está en el barrio Carlos A. López. Precisamente una de las mayores confusiones y polémicas en torno a la nomenclatura barrial dispuesta por las autoridades municipales se da en este paraje asunceno. Sus habitantes se sienten “sajonianos”. Pero amén del silencioso conflicto, hallamos un barrio con un rico acervo poblacional y buena parte de la historia asuncena.
Uno de los puntos neurálgicos del barrio Dr. Francia y centro de la bohemia asuncena durante décadas es la Loma Clavel.
Odolia Storni, una de las últimas del linaje en Paraguay de la poetisa y escritora argentina Alfonsina Storni, pasó los primeros siete años de su vida en el barrio Cachinga, en las inmediaciones del Hospital de Clínicas, como cuenta en una entrevista de ABC Revista del 20 de noviembre de 2011. Al hablar del secreto de su longevidad, lo atribuyó a la leche de cabra que tomaba de chiquita en su barrio.