SANTIAGO. Un audio filtrado a la prensa en Chile hizo estallar el peor escándalo de corrupción desde el retorno de la democracia, en 1990. El caso “Hermosilla” golpea hace 11 meses a la élite política, empresarial y judicial de un país valorado internacionalmente por su transparencia.
La Corte Suprema y la Fiscalía de Perú abrieron de inmediato una investigación por supuesto tráfico de influencias tras la filtración de audios en los que magistrados de distintas instancias negociaban sentencias. El caso es similar al de Paraguay.
El fiscal Martín Cabrera citó a declaración indagatoria a los cuatro procesados por el caso filtración de audios, pese a que el caso actualmente no tiene juez y el expediente está en la Cámara de Apelación, a la espera de resolver varios incidentes procesales.
La ministra de la Corte Alicia Pucheta anunció que ordenará una auditoría sobre la diligencia de la Fiscalía, donde se citó a la periodista de ABC Mabel Rehnfeldt para que revele quiénes le entregaron los audios sobre las “cocinadas” desde el Jurado.
Las fiscales Claudia Morys y Josefina Aghemo ya enviaron a sus peritos del laboratorio forense del Ministerio Público los números de teléfonos de los procesados en este caso.
Los fiscales de la Unidad Anticorrupción que tomaron la semana pasada la investigación del escándalo de los audios que revelaron el esquema de chantajes y aprietes a jueces y fiscales desde el JEM, trazaron la forma en que encararán la pesquisa.