La opinión pública paraguaya posiblemente no esté muy al tanto, pero el gobierno de Luis Arce en Bolivia atraviesa una situación sociopolítica y diplomática complicada, con la detención del gobernador Luis Fernando Camacho, del poderoso departamento de Santa Cruz de la Sierra, denunciada internacionalmente como arbitraria, fuertes enfrentamientos con su exmentor y ahora enemigo Evo Morales, quien lo acusa directamente de narcotraficante, una escalada de tensión con el vecino Perú y caída de ingresos de su principal compañía, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). En este contexto, Petropar acaba de firmar un riesgoso contrato directo de reexportación de gasoíl a Bolivia, una aventura comercial que poco parece tener que ver con los fines de la empresa estatal, menos aún en la actual coyuntura del mercado de combustibles, y que, de salir mal, supondría pérdidas sobre las que no queda claro quiénes van a responder.
Petropar no solo utilizó la excusa de la “urgencia impostergable” para adquirir gas más caro de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), sino que empleó la misma estrategia para contratar por excepción, a otra firma boliviana, para el servicio del flete terrestre. Eludió formalidades de una licitación internacional por una “urgencia” inexistente, por la friolera de G. 2.340 millones.
El presidente de Petropar, Eddie Jara, fue entrevistado ayer por ABC Cardinal sobre la “alianza comercial” que fue dada a conocer el lunes último, tras la visita realizada por el presidente boliviano, Evo Morales, a su homólogo paraguayo, Horacio Cartes.
El presidente de Capagas, Pedro Balotta, fue contundente al aseverar que no existió ningún riesgo de desabastecimiento en el gas ni ameritó que Petropar hable de “urgencia impostergable” para pagar 60% más caro por el producto de YPFB. Añadió que no se cumplió ni una sola exigencia legal para recurrir al proceso por vía de la excepción. A su vez, el titular de Petropar, Eddie Jara, justificó ayer la adquisición del GLP a mayor precio amparado “en un rumor”, de que supuestamente el sector privado no lo importaría en enero.
La Unión de Gremios del Combustible emitió ayer un comunicado a través del cual considera que deben ser públicos los términos de la “alianza comercial” que están negociando los gobiernos de Paraguay y Bolivia en materia del gas.
Desde la primera licitación de Petropar para la compra de gas de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), en setiembre último, hasta la concretada hace apenas unos días, en diciembre, el precio del GLP boliviano subió US$ 172 por tonelada. El Gobierno insiste en una supuesta ventaja, lo que no se ve, y hasta pretende atarnos a Bolivia para la provisión por 20 años.