En el tronco cerebral y desde la adolescencia hay un mecanismo que podría ayudar a explicar por qué algunas zonas del cuerpo, como las manos o los labios, son más sensibles que otras, indica un estudio que publica hoy Cell.
Aunque traiga a este espacio periodístico una opinión que puede parecer gastada, tengo la necesidad de decir que nuestro ecosistema corre serios, graves peligros, y que cada uno debería hacer lo que está dentro de sus humanas posibilidades para defenderlo.
Francisco Scorza, ingeniero civil, representante del MOPC ante el Equipo Técnico Interinstitucional (ETI), que analizó la inversión de RTA hasta el 22 de junio de 2012, aborda en este aporte el perfil más sombrío del proyecto en debate: su impacto ambiental. Advierte que “todo el territorio paraguayo, agrícola o ganadero, es sensible al impacto de este emprendimiento”. Compartamos sus reflexiones.