Una breve pincelada histórica sobre la rentabilización de las emociones en la Modernidad, a propósito del inminente jueves, Día de San Valentín.
Los tópicos simplistas que integran el paradigma comúnmente aceptado de secularización como tránsito lineal y simple de una sociedad dominada por lo sagrado a otra liberada por la razón son implacablemente expuestos en este artículo, que nos recuerda que parte de la propia Modernidad es la impugnación radical de ese paradigma al tiempo que propone su rescate consciente como mito estratégico. Escribe el filósofo y sociólogo José Duarte, desde París, en exclusiva para los lectores del Suplemento Cultural.
Cuando la idea es recibir a los hijos y los nietos, que son el corazón del hogar, se planifican nuevos espacios de acuerdo a esta premisa. La residencia alberga a una pareja, que deseó amplios ambientes con toques modernos, pero al mismo tiempo cálidos con incorporaciones como una hamaca en el quincho.
Ayer fue el Día de la Mujer Paraguaya. Hemos heredado unos conceptos del Hombre y la Mujer que nos enseñan que existen dos humanidades en vez de una: «divide et impera» es la fórmula del poder que nos separa en clases, naciones, credos, sexos opuestos mediante imágenes fabricadas, entre otras cosas, con ceremonias públicas, discursos de autoridades y fechas en los calendarios de las celebraciones oficiales.
La tarde del 15 de febrero de 1894, el anarquista francés Martial Bourdin salió de su habitación alquilada de Fitzroy Street, en Londres. Llevaba una bomba de fabricación casera y una gran cantidad de dinero. Hacía un día soleado, y se subió en un tranvía descubierto, tirado por caballos, en Westminster, que lo llevó hasta Greenwich, al otro lado del río.
La madera es protagonista, tanto en el muro como en el piso de un sector de la galería, que con un sentido lúdico pincela superficies lisas y estampadas en un mix variable que sigue algunos caprichos. Asientos y mesita exponen algunos trabajos torneados.