CIUDAD DEL ESTE. Una comitiva de la Codeni, Defensoría de la Niñez y Fiscalía realizó un procedimiento para recatar a un bebé de aproximadamente tres meses, que estaría siendo utilizado para pedir lismosnas. Cuando llegaron los intervinientes, el pequeño ya había sido sacado del lugar por quien sería su abuela.
J. tiene dos años y múltiples afecciones. De hecho, hace poco estuvo internado en el Ineram, por tuberculosis y desnutrición. Él no nació enfermo, sino que le ha ido enfermando la exposición diaria al smog, al calor, al frío y a la lluvia y gérmenes varios, mientras su madre lo exhibe desde sus primeros días en plena avenida Mariscal López.
Mientras sus hijos piden limosnas en el semáforo de la curva de la muerte, ellos hacen el gran sacrificio de contar la recaudación.
D., con 12 años de edad, tiene la misión de conseguir suficiente dinero para comprar leche y pañales para sus hermanitos de 4 y 3 años y un bebé de 7 meses, quienes casi siempre la acompañan en su cometido por las céntricas calles 25 de Mayo, Tacuary, España y Brasil.