La empresa española Isolux Corsán, encargada de la construcción del “superviaducto” e investigada en su país por participación en un esquema de coimas, fue suspendida por el Gobierno argentino, según un informe del diario Clarín publicado en julio pasado.
La Administración Federal de Ingresos Públicos allanó ayer en Argentina oficinas del grupo Isolux, empresa que hizo el “superviaducto”, sospechada de corrupción por emitir facturas falsas, según el diario Clarín.
El “superviaducto” de M. Lynch tiene cada vez más fisuras que anuncian un posible desmoronamiento de la pared del túnel, según advirtió el ingeniero Hermann Pankow. El fin de semana, la Fiscalía realizó una revisión de la estructura en el marco de la investigación iniciada tras la denuncia del profesional.
La consultora Deloitte, cuyo informe de auditoría fue presentado por el MOPC como “aval” de las modificaciones en el “superviaducto”, expresó en unos correos electrónicos del 2015 que no estaba de acuerdo con los cambios.
Isolux Corsán, la constructora española del superviaducto “Rodrigo Quintana”, solicitará hoy su quiebra porque ya no puede seguir funcionando ni pagando a sus empleados, proveedores ni entidades financieras. Isolux recibió G. 124.210 millones del MOPC.
El Ing. Armando López, fiscalizador de la obra del “superviaducto”, reconoció ayer en su declaración a la Fiscalía que hubo cambios en el proyecto, que derivaron en la variación de costos. Alega que, si bien se dejaron de hacer algunas obras, se hicieron otras que las compensaron.