Sobre las protestas populares en Venezuela y el doble rasero que caracteriza a ciertos sectores de la izquierda global.
Testimonios, documentos y otros cientos de evidencias nos dicen hoy que en la época de la dictadura no hubo ni paz ni progreso, como querían hacer creer. Con la pintata de la recordada frase en cercanías de una facultad se reinició el debate al respecto.
Aprovechando los hechos de guerra en la Franja de Gaza, los dictadores del socialismo del siglo XXI en América Latina han atacado a Israel con el discurso antiimperialista, han alentado –cuando no organizado– manifestaciones antiisraelitas, han formulado acusaciones malintencionadas, ratificando así su defensa y vinculación con el terrorismo. Un hecho político que tiene que ver, fundamentalmente, con los principios y valores que el Estado de Israel representa y defiende.
El chileno Roberto Garretón, uno de los expositores en el seminario sobre políticas y estrategias para prevenir la tortura realizada ayer, manifestó que se debe señalar con nombre y apellido al funcionario que incurrió en tortura durante las dictaduras para que no haya impunidad. Señaló que durante las dictaduras la tortura era una política de Estado. Dijo no obstante, que en la actualidad mejoraron algunos aspectos, pero que la tortura y los tratos crueles e inhumanos siguen.
La Justicia argentina sentó ayer en el banquillo de los acusados a los exdictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura (1976-1983) bajo el “Plan Cóndor”, acuerdo logístico que implementaron las dictaduras suramericanas para reprimir a los opositores políticos en los años 70 y 80.
El exdictador argentino Jorge Videla y otros exjerarcas del régimen (1976-1983) serán juzgados a partir del martes próximo en la causa ’Plan Cóndor’ que investiga crímenes de lesa humanidad producto de la coordinación represiva de dictaduras.