Los pies hinchados son un problema común que puede afectar a personas de todas las edades. Esta condición, conocida médicamente como edema, ocurre cuando se acumula líquido en los tejidos de los pies y tobillos, provocando una sensación de hinchazón, dolor y molestia.
El daño a los nervios que produce la diabetes –debido a los niveles altos de azúcar en la sangre– puede hacer que pierda la sensación en los pies, ya sea ante una cortadura o una ampolla, por ejemplo. En casos más graves inclusive se llega a la amputación, de allí la importancia de la prevención, como primer paso.
Muchos dolores se pueden aliviar con ciertos correctores que hacen la vida más fácil a quienes sufren dolorosos procesos luego de usar zapatos inadecuados o por estar largas horas de pie, y realizar esfuerzos en exceso. Pero es aconsejable que un especialista le oriente.
La gota afecta a la articulación del dedo gordo del pie. Produce dolores intensos, inflamación e hipersensibilidad. La fisioterapia propone el alivio con varias técnicas.
El pie diabético abarca la infección, ulceración y destrucción de tejidos profundos de la extremidad inferior asociadas con alteraciones neurológicas y enfermedades vasculares, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo al Ministerio de Salud, la prevalencia de la diabetes en Paraguay es del 9,7%. De este porcentaje, el 20 al 25% desarrollará pie diabético, y si un paciente ya presentó una úlcera o amputación, tiene un 80% de posibilidades de presentarla en el otro pie.
El sudor excesivo en los pies propicia la aparición de hongos en la planta y entre los dedos. Se contagian con suma facilidad, por eso hay que insistir en la higiene y medidas protectoras.