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La licenciada Clara Izcurdia, podóloga, informa que la infección por hongos en pies y uñas es una patología muy común en la consulta podológica debido a lo antiestético de la afección, así como por la incomodidad que muchas veces padecen los pacientes, como picazón, ardor, dolor y, en muchos casos, la sobreinfección bacteriana que se produce.
“Generalmente los hongos que atacan la piel de los pies son del grupo de los dermatofitos, debido a la humedad causada por la sudoración de los pies que facilita el crecimiento del hongo. Según el tipo de dermatofito varían los signos y síntomas que presente el paciente. Puede haber enrojecimiento entre los dedos, con descamación y comezón o, en otros casos, con zonas blanquecinas y descamación de los bordes. Incluso, cuando la infección micótica se prolonga en el tiempo, puede atacar la planta y el dorso de los pies, con vesículas, descamación y callosidades”, resalta.
La profesional Izcurdia dice que “en el caso de los hongos en las uñas de los pies, afección llamada onicomicosis, esta puede estar producida por tres grupos de hongos: los dermatofitos (del 80% al 90% de los casos), las levaduras (5% a 17%) y los mohos no dermatofitos (1% al 10%). Esta patología ha sido considerada por diferentes autores como las micosis superficiales más difíciles de diagnosticar y tratar. Aparecen mayormente en la edad adulta, siendo raras en niños, y son más frecuentes que ataquen las uñas de los pies que las de las manos. Excepto cuando el agente causal es una levadura del género cándida, en cuyo caso afecta preferentemente las uñas de las manos y el pliegue alrededor de la uña”.
Espolones dolorosos
El dolor constante en los talones nos avisa que debemos buscar atención médica, ya que los espolones van asociados. ¿De qué se trata? Es un dolor que se enfatiza por la mañana e impide estar de pie durante mucho tiempo. En casos más graves pueden causar cojeras debido a la molestia.
El doctor Osvaldo González, traumatólogo y ortopedista, menciona que el dolor de talón, calcanodinia o talalgia, es causado por diferentes factores, como la mecánica y forma del pie, que son los más destacados. Es una causa común de consulta debido a la compleja anatomía de la zona talar”.
Este crecimiento puede ser causado por la inflamación en la inserción de la fascia plantar en el talón debido a microtraumas que recibe esa zona. Los tejidos, si siguen recibiendo las cargas que en un principio lo lesionaron, en vez de cicatrizar con tejido normal comienzan a depositar sales de calcio o ácido úrico. La acumulación de estas sustancias, a largo plazo, lleva a la formación de espolones en el talón.
El doctor dice que “el diagnóstico se realiza por la anamnesis o historia clínica y la exploración física. Se apela a radiografía del calcáneo y se realizan estudios laboratoriales para buscar enfermedades reumáticas y alteraciones metabólicas, como la gota”.
Mejorar la pisada
El doctor González refiere que el tratamiento del espolón puede ser médico, es decir, puede ser exitoso hasta el 95% con analgésicos comunes, taloneras de silicona o incluso plantillas para acomodar la pisada e infiltraciones.
El galeno añade que “otra alternativa son las infiltraciones con corticoides que se realizan en combinación de anestésicos locales al nivel exacto del punto de mayor dolor. La respuesta es rápida respecto al tratamiento vía oral y la utilización de plantillas; se basa en la capacidad de los corticoides de generar una disminución de la inflamación local y de cicatrización y fibrosis”.
La fisioterapia
El doctor enfatiza que la fisioterapia es una estrategia terapéutica muy útil, donde toman mucha preponderancia las elongaciones, calor local y las ondas de choque. Este método, en los últimos años, ha demostrado tener muy buena respuesta.
“El tratamiento quirúrgico, en el menor porcentaje de los casos; en algunas series de estudios se mencionan que son menos del 5% de los casos”, puntualiza.