El pie diabético

El pie diabético abarca la infección, ulceración y destrucción de tejidos profundos de la extremidad inferior asociadas con alteraciones neurológicas y enfermedades vasculares, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo al Ministerio de Salud, la prevalencia de la diabetes en Paraguay es del 9,7%. De este porcentaje, el 20 al 25% desarrollará pie diabético, y si un paciente ya presentó una úlcera o amputación, tiene un 80% de posibilidades de presentarla en el otro pie.

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Las personas con diabetes podrían desarrollar una serie de distintos problemas del pie como resultado de las lesiones de los nervios y los vasos sanguíneos, que provocan infecciones y úlceras que aumentan el riesgo de una amputación.

La Dra. Daisy Argüello, clínica médica, aborda el tema de la diabetes, una enfermedad crónica, caracterizada por una concentración normalmente alta de glucosa o azúcar en la sangre. “Se produce porque existe una carencia o una mala utilización de la insulina, hormona producida por el páncreas indispensable para transformar la glucosa de los alimentos que comemos en energía. En nuestro país el 9,7% de la población tiene diabetes y el 50% de las amputaciones se dan por diabetes. Las personas con diabetes corren un riesgo de amputación que podría llegar a ser más de 25 veces mayor que el de una persona sin diabetes”.

Por ese motivo, al haber una amputación existe un 80% de posibilidades de presentar una lesión en el otro pie.

Sin embargo, mediante la prevención, que incluye un control integral, control del pie en la primera consulta y la educación del paciente y su entorno, se pueden evitar las infecciones, úlceras y la consecuente amputación.

La profesional aconseja tener en cuenta “un plan de alimentación específico, mantenerse físicamente activo, tomar sus medicamentos según lo indicado por el médico, verificar el nivel de azúcar en su sangre con frecuencia (autocontrol)”.

Por otro lado hay que “lavar diariamente los pies, secar cuidadosamente, especialmente entre los dedos. Nunca utilice agua caliente, siempre compruebe la temperatura del agua con su muñeca o codo. Inspeccionar diariamente el estado de los pies con el fin de buscar callos, rasguños, heridas, úlceras, ampollas, etc.; si es necesario, utilizando un espejo o pedirle a otra persona que lo haga”.

Hay algunos cuidados extras que le ayudarán a prevenir lesiones, como por ejemplo “después del baño aplique crema hidratante en la planta de los pies, ¡no entre los dedos! Si sus pies transpiran, use polvo para los pies, para absorber la humedad. Se recomiendan medias de tejidos naturales como lana y algodón, sin costuras y no deben quedar apretadas en la pierna o el pie. El zapato debe ser cómodo, de material blando, que calce justo, y evitar los puntiagudos”.

(*) Postgrado en endocrinología, diabetes y nutrición.

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