Platos que combinan sabores peruanos y paraguayos ahora fusionados con la cocina mediterránea y las técnicas más vanguardistas que trae el nuevo chef de Fusión Restó, el argentino Hernán Luiselli. Aquí, una muestra para probar en casa.
Amandau y el restaurante Fusión firmaron un acuerdo para elaborar platos basados en productos e insumos de la afamada marca local. Cabe recordar que Amandau es una marca tradicional en el mercado de los helados, así como también de las afamadas marcas McCain y recientemente incursionó en la comercialización de su propia firma de chocolates. Por su parte, Fusión Restó es el novel emprendimiento del reconocido grupo empresarial Paraguay Eventos (GPEE), que abrió sus puertas en diciembre bajo el eslogan “una nueva experiencia de sabores”, basado en la llamada “cocina fusión”. Tradición y creatividad se dan las manos en platos únicos de la gastronomía internacional y paraguaya, logrando platos originales con creativas recetas de alta gama. Parte importante de esta alianza de trabajo será la elaboración de platos con insumos de helados, papas y chocolates de la línea de productos Amandau, cuyo objetivo es llevarlos al nivel de cocina gourmet.
Fusión Restó, ubicado sobre la avenida Santa Teresa, incorporará a su carta a finales de este mes una novedosa propuesta. Se trata de un menú elaborado a partir de variedades helado y chocolates fabricados por la empresa nacional Amandau.
Recién estrenado, el restaurante Fusión nos abre sus puertas para conocer la exclusividad de su cocina, una delicada y bien estudiada “fusión” entre nuestros sabores patrios y la gastronomía peruana. Cuatro chefs (dos paraguayos y dos peruanos) son los encargados de crear platos únicos que crean un contraste y explosión de sabores y aromas únicos.
Con el eslógan “Una nueva experiencia de sabores” se abrió a mediados de diciembre un restaurante único que fusiona especialidades de la gastronomía peruana e internacional con los sabores nativos de la cocina paraguaya, logrando platos originales y creativos como los que hoy presentamos en esta nota. Solo una muestra de todo lo que se ha cuidado hasta el mínimo detalle: las mesas vestidas con manteles poyvi de Carapeguá y textiles peruanos, los muebles de madera y hierro de Areguá, y los platos de cerámica producidos en exclusividad por Mango Rojo, artesanos de Areguá capacitados por un maestro ceramista peruano. “La idea es que esto se convierta en un espacio de arte completo, abarcando gastronomía, pintura y literatura. Tenemos exposiciones periódicas con obras de artistas nacionales y peruanos que estarán a la venta. Durante enero expone Jorge Valladares y, luego, lo hará Félix Toranzos”, dice entusiasmado, Édgar Robinson, alma máter del restó junto a su socio paraguayo Felipe Velázquez. “Haremos también alianzas con editoriales de libros para tener obras a disposición de los comensales”. Además del amplio salón con menú a la carta, hay parrilla con cortes de carnes tradicionales, dos terrazas al aire libre y un sector de jardín para picadas y tragos, más descontracturado y apto para fumadores. Un amplio estacionamiento, con entrada por Bernardino Caballero, permite despreocuparse del auto.