El presidente Mario Abdo Benítez destituyó a un protegido del senador cartista Calé Galaverna del Consulado paraguayo en La Plata. En Buenos Aires fue designado un cuestionado, Juan Añazco Vera, y en La Plata el dirigente colorado Pedro Farías.
El gobierno del presidente Mario Abdo Benítez continúa la práctica de otras administraciones de utilizar el servicio exterior para dar cargos a políticos. Varias designaciones realizadas últimamente en consulados violan claramente las leyes que rigen el ejercicio diplomático. Pero siguen impunes.
El Gobierno de Mario Abdo nombró desde el 15 de agosto pasado a hijas de políticos que militan en su movimiento, a aliados en el Congreso e incluso a seccionaleros que admiten públicamente que desconocen qué funciones desempeñarán en sus cargos.
El director general de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores, Juan Ignacio Livieres, expresó ayer que va a convertir en “los mejores oficiales consulares” a los políticos designados últimamente en consulados paraguayos. Sin embargo, estas designaciones fueron en clara violación de la Convención de Viena y de la Ley 1335/99 del Servicio Diplomático y Consular.
El ministro sustituto de Relaciones Exteriores, Hugo Saguier Caballero, justificó ayer la designación de seccionaleros en consulados, pero dijo también que los diplomáticos de carrera no son “monjitas descalzas”.