VILLA YGATIMI, departamento de Canindeyú. Munidos de rastrillos, escobas, equipos de aseo personal, y principalmente de mucha humanidad, desde el viernes recorren las viviendas de los abuelos a quienes limpian sus casas, los asean y comparten con ellos agradables momentos de charlas. Se trata de un grupo de jóvenes de la comunidad aché Chupapou, que puso en marcha un proyecto que consiste en bridar todo tipo de cuidado a los ancianos de la comunidad.
El diputado José “Pakova” Ledesma (PLRA) visitó sorpresivamente el lunes a campesinos que usurpan tierras de la comunidad indígena de los Aché en Yby Pytã, para instar a los mismos a resistirse al desalojo previsto para hoy. El fiscal de Curuguaty Vicente Rodríguez calificó la actitud del legislador como obstrucción al procedimiento.
El asesor jurídico de la Secretaría Nacional del Ambiente (Seam), Hugo Cañiza, afirmó que no tiene información de que los aché hayan presentado denuncia concreta ante esta institución. No obstante, una vez que eso ocurra, se tomarán las medidas correspondientes dentro de su competencia, aseguró.
A través de un representante legal la comunidad indígena Aché asentada en el distrito Yby Pytã, de Canindeyú, denunció la desidia de la fiscalía ante las recurrentes invasiones que afectan a sus tierras, además de la tala indiscriminada por parte de terceros. En este caso, a diferencia de lo ocurrido ayer en Campos Morombí, no hay operativo antirollotráfico, de acuerdo a los informes recogidos.
Entre las muchas infelicidades que mostramos en el Paraguay, sobresale la miseria que se exhibe con la incapacidad de tener satisfechos a nuestros ancestros que son los nativos o los indígenas. Se hizo constante ver, en las esquinas con semáforos de casi todo el país, la actitud mendicante de muchos de ellos tras alguna moneda. Los críos, candidatos a una segura y futura indigencia, se pasan en los brazos de sus madres o de sus hermanos apenas mayores. Ya es una postal nativa.
Jóvenes recibidos de bachilleres informáticos, niños que aprenden a hablar fluidamente aché y castellano, además de estudiantes universitarios que desean ser abogados se encuentran en la comunidad aché de Puerto Barra. Se trata de unos 200 indígenas que viven en Naranjal, al sur del Alto Paraná.