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Líderes de la comunidad Aché Kuetuvy, que habitan la Finca 470, en la zona de Ka'i Cué, distrito de Ybypytá (Canindeyú), reclaman que llevan más de ocho meses “tolerando” la invasión de “falsos campesinos sin tierra”, quienes, según denunciaron, ingresan a su territorio “a sembrar cultivos ilegales, derribar árboles para el rollotráfico, o armar loteamientos que luego revenden a otras personas”, declaró Claudio Vychegi, líder de la comunidad Aché.
Tras todos estos meses aguardando una solución, esta semana se reunieron con el ministro del Interior, Francisco de Vargas, para expresarles la preocupación que tienen con respecto a la continua invasión de tierras ancestrales, que les fueron conferidas a la comunidad Aché por una Ley del Congreso Nacional durante el periodo del presidente de la República Federico Franco.
Durante la reunión, los representantes mostraron a De Vargas documentos, pruebas y fotografías que demuestran la veracidad de la invasión por parte de los autodenominados “sin tierra”.
El titular de la cartera Interior les manifestó que para la próxima semana estarían preparando el desalojo de los invasores.
Claudio Vychegi mencionó que, lejos de ser campesinos, estas personas son vecinos de las tierras que se mueven impulsadas por el político Pakova Ledesma, quien los instiga a ocupar estas tierras, diciéndoles que son propiedad del Estado.
“Esas tierras son nuestras, es categórico, conseguimos la titulación a través de la lucha de tantos años”, manifestó Vychegi, al tiempo de añadir que aguardarán solo una semana más una solución de parte del gobierno. Si esta ayuda no se da, harán “justicia por mano propia”.
“No reuniremos con todo el pueblo aché de los seis departamentos, y vamos a sacar a esa gente con la fuerza de la comunidad. Están dañando, echando nuestros montes. Vamos a recurrir a la violencia de ser necesario”, expresó el líder, al tiempo de añadir que estas personas “se avivan haciéndose pasar por sintierras y en realidad ellos tienen trabajo y medios para vivir”.
Las tierras en conflicto son utilizadas por la comunidad aché para el cultivo de la yerba mate, así como la agricultura de distintos vegetales.