Una caravana de camellos recorre lentamente pero de forma majestuosa el desierto caluroso. Por encima de ellos brilla el sol, inclemente. Detrás de ellos, hasta donde se alcanza a ver a simple vista, se alzan las dunas de arena. Por lo general, son estas las imágenes que suelen venir a la mente cuando se piensa en camellos.
PUSHKAR. Miles de camellos se esparcen a las afueras de la ciudad india de Pushkar para ser vendidos en una de las mayores ferias del sector del mundo, pero cada año se reduce el número de estos animales, desplazados por la modernidad.
LONDRES. Las personas infectadas con un virus mortal que emergió el año pasado en Arabia Saudita lo habrían contraído de camellos de una joroba, utilizados en la región como fuente de carne, leche y transporte.
RIAD. Tal es la pasión de los saudíes por los camellos, que gastan millones de dólares para elegir al más guapo en festivales y concursos, en los que el canon de belleza reside en un cuello esbelto, una abundante pelambrera y unas anchas caderas.
TORONTO. Un equipo de investigadores ha descubierto en el Ártico canadiense los restos fósiles de un camello que vivió en la región hace unos tres millones de años, cuando el planeta atravesaba por una fase de calentamiento.
BERLÍN. Un total de 86 camellos murieron en el incendio desatado en una granja de la localidad de Ebhausen, en el “Land” de Baden Württemberg (sur de Alemania), informaron hoy fuentes policiales.