El incalculable valor de un camello bello

RIAD. Tal es la pasión de los saudíes por los camellos, que gastan millones de dólares para elegir al más guapo en festivales y concursos, en los que el canon de belleza reside en un cuello esbelto, una abundante pelambrera y unas anchas caderas.

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La “camellomanía” está tan extendida en Arabia Saudí que cada tribu organiza su propio festival dedicado a este animal, en un negocio por el que fluyen ingentes cantidades de dinero.

Uno de estos festejos es el de Um Raqiba, una zona desértica en el norte del reino, donde todos los años se lleva a cabo una muestra de cuarenta días, en la que los camélidos son los grandes protagonistas, y las noches se llenan de poesía.

Miles de amantes de estos animales, procedentes de distintos países del golfo Pérsico, acuden a Um Raqiba por esas jornadas, que acogen un mercado y un concurso, aderezados con grandes banquetes.

“El objetivo del festival no es solo enseñar la belleza de los camellos, sino que, además, es un mercado donde se venden los mejores animales por millones de riales”, explica Faisal al Uteibi, que nunca se pierde este tipo de eventos.

El festival atrae cada año a empresarios árabes adinerados que pueden pagar hasta más de cinco millones de dólares por un camello que les gusta. De hecho, en su última edición, en enero pasado, se vendieron 5.000 camellos por un valor total de 530 millones de dólares, según el periódico Al Riad.

La pasión por los camélidos llevó en 2000 a un grupo de dueños de estos animales a organizar durante el festival un concurso de belleza para elegir el camello más guapo.

La idea de esta competición caló en uno de los hijos del fundador del reino wahabí, el príncipe Mishal bin Abdelaziz, que decidió auspiciar el festival de Um Raqiba, en el que se ofrece el premio “Rey Abdelaziz” al ejemplar ganador de la competición.

Según Abdalá el Subei, quien lleva a sus camellos a estos actos, la belleza de este animal depende de la longitud y la delgadez del cuello, la abundancia de pelo, la anchura de las caderas y otras características relacionadas con los labios y los ojos.

“Desde mi punto de vista, los camellos paquistaníes son los más bellos, y algunos comerciantes intentan obtener una especie de mezcla entre el paquistaní y el árabe”, dice El Subei, quien asiste a varios festivales al año.

En los concursos de belleza, cada ejemplar debe desfilar delante de un comité de veinte jueces, acompañado de su propietario y con una señal en su cuerpo para distinguirse de los otros. Para que se vea bien su cuerpo, el camello no puede llevar ningún tipo de adorno.

El premio Rey Abdelaziz incluye quince galardones por categorías en las que los animales compiten según el color de su cabello, como rubio, blanco puro, amarillo con puntos negros, el blanco-rojizo y negro, entre otros.

La cuantía de los premios oscila entre los 26.000 y los 52.000 dólares.

Sin embargo, a veces hay amores que matan y los saudíes se toman tan en serio los festivales de camellos que en ocasiones hay peleas y enemistades entre las tribus por estos animales.

Este año, unas veinte personas fueron detenidas por llevar armas, tras una trifulca entre miembros de dos tribus que se peleaban por el derecho a tener un sello con el que se marca el cuerpo del camello.

Por estas peleas y por el dinero que mueve la compra y venta de los camélidos, hay quienes no ven con buenos ojos estas competiciones y festivales, y piensan que vale más ofrecer estos millones de riales a los más necesitados del país.

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