Hace algunos años, una señora denunciada por sus vecinos llamó al diario a solicitar ejercer su derecho a réplica. En la sección de “Crónicas ciudadanas” se había publicado la denuncia de unos residentes de Villa Morra que acusaban a una mujer paralítica y a su marido parapléjico de mantener más de cincuenta perros y gatos en su casa y, en consecuencia, mantener la cuadra en condiciones insalubres.
“Escándalo sexual en el fútbol paraguayo”, decía el zócalo de un programa argentino de TV en el que se abordó el decadente espectáculo que dio un dirigente de fútbol, extorsionando por redes sociales a un jugador con el que antes mantuvo una relación personal, y quien al parecer pretendía cortar –también– el vínculo profesional que les unía.
El metrobús movido a gasoil representa un sobrecosto de 11 millones de dólares por año según un estudio hecho para la Mesa Energética, que ni siquiera fue tenido en cuenta por el Ministerio de Obras Públicas al cambiar el tipo de combustible.
Nació en Londres en 1882 y fue una novelista, ensayista, periodista, editora y cuentista británica; su nombre era Virginia Woolf. Hasta el día de hoy es considerada una de las más destacadas figuras de la modernidad literaria del siglo XX y fue una de las primeras en reflexionar sobre la condición femenina y su relación con las artes. Su ensayo “Una habitación propia”, y aquella frase inmortal “Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción”, la convirtieron en una de las escritoras más citadas por el movimiento feminista hasta el día de hoy. No es para menos. En esa obra, Woolf expone los problemas que tenían –y tienen– las mujeres para destacarse en la literatura, un mundo que en su tiempo era dominado por hombres.
Por razones que tienen que ver con nuestra propia supervivencia, y que sociólogos sabrán explicar con mayor rigor científico, los seres humanos tendemos a agruparnos para enfrentar un riesgo. Los estrategas de la comunicación política hablan de la identificación de un “enemigo común”.
“Es una verdad conocida en todo el mundo que un soltero dueño de una gran fortuna siente un día u otro la necesidad de una mujer”, comienza diciendo ese retrato cómico-romántico –pero más cómico que romántico– de la sociedad inglesa del siglo XVIII, “Orgullo y Prejuicio”, una historia en la que Jane Austen con precisión y sarcasmo se refiere a las peripecias de una madre para casar a sus cinco hijas con los mejores partidos de la región. Era el mejor destino al que podía aspirar entonces una mujer.
La ANDE desconectó ayer de Yacyretá la estación de Ayolas para energizarla con la producción de Itaipú, previo paso por la estación de Villa Hayes. Con el riesgoso experimento se propusieron demostrar que la nueva línea de 500 KV funciona, pese a que no se conecta con la EBY, donde debe cerrar el circuito.
Se confirma que Yacyretá es un monumento a la corrupción. Y que Paraguay ha estado contribuyendo a financiar corruptela del lado paraguayo y del argentino también. El descubrimiento de “los cuadernos de la coima” en Argentina destapa feroces entregas de dinero hechas por contratistas que operaron –y operan– también en Paraguay. El exdirector argentino de Yacyretá Óscar Thomas (prófugo); Pescarmona, que tiene contratos con varios entes públicos y que planeaba quedarse con obras de Aña Cua, e Isolux, que hizo el superviaducto, son algunos de los nombres que figuran en algunos de los ocho cuadernos. El escándalo arroja graves sospechas sobre varias licitaciones y sus ejecuciones en Paraguay.
El equipo de transición de Yacyretá, liderado por Nicanor Duarte Frutos, se reunió por primera vez ayer. En la ocasión el expresidente, alegando dudosos estudios, defendió el proyecto Aña Cua que carga sobre nuestro país el costo de esta innecesaria obra.
Avalon SA, denunciada por haber entregado cheques al director financiero de Dinac (primo de Cartes y socio de López Moreira), facturó más de G. 3.347 millones para el aeropuerto de Mariscal Estigarribia. En el sitio apenas se observan equipos que empiezan a ser trasladados.