La experiencia digital supone posibilidades creativas potencialmente infinitas; su alcance permite indagar nuevas posibilidades de ampliación de los límites de la cognición humana por medio del trabajo conjunto de la ciencia, la tecnología y el arte.
Doctor en filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid y empedernido melómano cuya colección de vinilos ocupa por lo menos tanto espacio como su biblioteca, si es que no más, Jorge Manuel Benítez encontró en estas noches el tiempo adecuado («que no es solamente cronológico», como diría él) para volver a escuchar su disco All or nothing at all y transmitirnos brevemente en estas líneas algo de esa experiencia.
A partir del clásico ensayo del pensador judío Walter Benjamin “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”, el autor de este artículo aplica la noción de oscilación, en su relación con las mutaciones profundas de la percepción estética implícitas en las nuevas tecnologías de reproducción, al propio pensar que la propone (el de Benjamin) tanto en sus temas cuanto en su estilo, rescatando así la paradoja, más allá de su cualidad literaria, por su valor heurístico.