Desde su nacimiento, el infante recibe estímulos e inicia el desarrollo de sus conexiones neuronales, reconoce el rostro, el olor y el idioma materno; capta y recuerda sonidos, percibe vagamente luces y sombras del entorno. El involucramiento del entorno familiar en su estimulación temprana y en la tarea educativa de la escuela facilita los procesos de adaptación y aprendizaje del niño. El éxito infantil depende del acompañamiento que le brinde la familia, en todos los aspectos de su desarrollo. Niños y niñas acompañados y apoyados por sus familias resultan fortalecidos, motivados y seguros de sí mismos.
Mi propósito es tocar aspectos de su vida que pueden mejorar. A cada individuo se le ha dotado de cierta mezcla de capacidades y oportunidades que lo hacen único. Ninguna mezcla es insignificante. Algo han colocado dentro de nosotros que nos hace clamar por estar encima del promedio y ser extraordinarios. ¿Dónde estamos respecto a los dones y talentos que poseemos? Luchemos contra la mediocridad, dejémosla atrás y conozcamos la felicidad.
La familia es el primer contexto de desarrollo del niño y el más duradero. Los niños necesitan años de apoyo y enseñanza en el hogar antes de estar preparados para ser independientes. Existen situaciones como el divorcio, que requieren una atención especial; los padres deben procurar que sus problemas personales o de pareja no afecten a sus hijos. Si el que tiene la tenencia de los chicos es manipulador causa un tremendo daño.