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La felicidad personal se capta a través del nivel de satisfacción de las necesidades y aspiraciones de cada sujeto, es perdurable y justifica la vida. Como humanos somos imperfectos, racionales, limitados, cometemos errores y satisfacemos caprichos. Cada ser, en cada instante varía sus prioridades, complejas y cambiantes mientras la felicidad en su esencia misma es un concepto temporal, individual y particular, diferente para cada uno y en extremo difícil de ser conocida objetivamente. Cada quien posee un conjunto distinto de necesidades, aspiraciones, gustos, aficiones, inquietudes, costumbres y opiniones, en diferentes prioridades; cada persona tiene su peculiar definición momentánea de la felicidad.
Se refleja en el nivel de satisfacción de miles de necesidades, diferente en cantidad, calidad, dinámica y jerarquía, que se satisface de acuerdo a sus condicionantes y limitaciones ambientales.
Podemos pensar, seleccionar actos alternativos, prever las consecuencias en el futuro inmediato y a largo plazo.
Decídase emprenda, aproveche su ingenio creativo, esté atento a los detalles y ejecute acciones, no pierda tiempo en palabrerías. Verifique su labor; observe, si nos apartamos por un tiempo podemos ver y oír mucho más claramente cómo seguir adelante. A veces lo más urgente que podemos hacer es apartarnos a algún lugar de paz inspiradora. Asegúrese de que cualquier cosa que haga sea justa y correcta; las más valiosas posesiones son las que se pueden compartir, las que cuando se comparten, se multiplican. Trabaje con alegría y rodéese de amigos íntegros, honestos, puntuales, responsables, interesados en los demás, y es probable que la felicidad se instale en su corazón.
(*) Psicopedagogo.
fffretess@gmail.com