Alto Paraguay se caracteriza por la corrupción política de décadas que mantiene en el atraso a la región y la variada y hermosa naturaleza con que cuenta la región. Gobernadores, intendentes, concejales nada hicieron por desarrollar el departamento sino de llenar sus bolsillos y asegurarse una vida cómoda y hasta de lujos.
Al cumplirse un año de gobierno de la gobernadora de Alto Paraguay, Marlene Ocampos (ANR), la región ha experimentado un notable retroceso en el ámbito de desarrollo vial, más que nada por efectos de la naturaleza. La zona está aislada desde hace casi medio año por la falta de caminos de todo tiempo, perjudicando a más de 15.000 pobladores de los distritos de Fuerte Olimpo, Bahía Negra y Carmelo Peralta.
La declaración de emergencia realizada por el Gobierno nacional a la zona del Chaco, como consecuencia de la sequía que una vez más afecta a la región, pone de manifiesto la casi nula acción de los anteriores gobiernos que nada realizaron para tratar de hacer frente a este flagelo cíclico.
Las nuevas autoridades departamentales de Alto Paraguay: la gobernadora Marlene Ocampo (ANR) y siete concejales, además del representante de la región en la Cámara de Diputados, José Domingo Adorno (ANR), tienen la gran responsabilidad de tratar de cambiar la negra imagen de años de corrupción de sus antecesores.
Constantemente se denuncia el abandono del Estado en las comunidades del departamento de Alto Paraguay, así también la bochornosa corrupción de los políticos de la zona, caracterizada por el robo descarado e impune de los recursos públicos. Sin embargo, en situaciones como las que se vive en estos días en la región como consecuencia de las grandes lluvias que ocasionan el destrozo de los caminos, es cuando más se siente esa orfandad que produce rabia e impotencia.