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Los caminos quedaron intransitables y se suspendió el servicio de transporte público de pasajeros que cubre el trayecto desde Asunción. Ante esa situación, las personas que necesiten viajar no tienen otra alternativa que utilizar el único medio disponible para estos casos, que es una precaria embarcación que llega a las localidades ribereñas desde la ciudad de Concepción.
Las personas viajan en condiciones infrahumanas, como animales, ya que la embarcación no cuenta con las más mínimas comodidades. Hacen un esfuerzo sobrehumano para soportar el largo viaje, que llega a durar 52 horas, aguas arriba.
La embarcación posee un solo sanitario, que además de ser pequeña no cuenta con comodidades básicas, por lo que es constante observar largas filas de pasajeros queriendo utilizar dicho servicio.
En horas de la noche, los pasajeros se tiran en el piso cuando se rinden por el cansancio. Algunas veces inclusive se mezclan con cerdos, ovejas y gallinas, ya que el medio sirve para transportar de todo.
El pasajero que parte de esta comunidad debe soportar más de 36 horas de viaje aguas abajo para llegar a la capital del primer departamento. Todo esto ocurre porque ninguna autoridad política se preocupó de gestionar y construir caminos de todo tiempo en la región.
Pese a todo, los habitantes, inexplicablemente, por unas cuantas monedas vuelven a elegir en los comicios electorales a las mismos políticos que los condenan al abandono y a la humillación.
calmiron@abc.com.py