El gobierno tiene como objetivo de corto plazo alcanzar una presión tributaria del 11% del PIB, según la exposición del ministro de Economía y Finanzas (MEF), Carlos Fernández Valdovinos, realizada el último martes en el Banco Central del Paraguay (BCP).
Las bajas tasas de los impuestos vigentes en Paraguay han sido uno de los principales puntos de atracción para la permanencia de inversionistas, así como la venida de otros en los últimos años.
A pesar de la continua desaceleración del crecimiento económico, los ingresos tributarios como proporción del PIB en los países de América Latina y el Caribe (ALC) aumentaron ligeramente en 2014, según los datos anuales reflejados en la publicación Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe, señala un informe que dio a conocer ayer el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Paraguay está incluido entre los países donde se registra un incremento fuerte de la presión tributaria en los últimos 20 años, teniendo en cuenta que desde la consolidación de la democracia creció 50%, según un documento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el que se revela que en 1990 esa presión se encontraba en 13,6% del PIB; en 1995 subió a 18,2%, en el 2000 estaba en 18,1%, en el 2005 pasó a 19,5% y en el 2010 creció a 21,8%. Para alcanzar ese porcentaje se incluyen la recaudación resultante de la aplicación del IVA, renta, la seguridad social y los recursos naturales con aporte de las entidades binacionales Itaipú y Yacyretá. Si bien es auspiciosa dicha expansión, un segundo paso fundamental debe ser avanzar hacia la calidad del gasto, que sigue siendo bajo, razón por la cual la ciudadanía repudia hoy a los parlamentarios.
Sin una mayor recaudación impositiva será imposible para el próximo gobierno cubrir los compromisos de deuda contraídos con bonos del Tesoro y encarar los más urgentes proyectos de infraestructura, advierten técnicos del BCP, luego de que un par de presidenciables (Efraín Alegre y Horacio Cartes) abordaran el tema con tinte más populista que realista.
BUENOS AIRES (AFP). Argentina incrementó ayer la presión tributaria sobre sus ciudadanos que viajen al extranjero, al elevar de 15% a 20% el recargo en los consumos con tarjetas de crédito, que se tomarán como pago a cuenta de impuestos, anunció el Gobierno en su página web.