¿Quién dudaría del poder de Juan Carlos Galaverna en la cima del Poder Judicial durante las primeras décadas de la democracia? Ningún juez ni ministro de la Corte se atrevía a contradecirlo. Era el político listo, pícaro, mañero (seguramente producto de exceso de truco) que pensaba un poquito más que los demás, y de esa simple manera se volvió rico, moviendo los hilos del Poder Judicial como un superpoder.
El presidente de la Cámara de Diputados, el colorado Hugo Velázquez, aseguró ayer que “la clase política en este país entendió y sigue entendiendo” que es mejor tener una prensa libre que se pase de la raya y diga medias verdades antes que intentar amordazar a periodistas o a los medios de comunicación.
Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala. Albert Camus (ensayista y filósofo francés)