Aunque los creyentes en la propaganda soviética siguen repitiendo y actualizando hasta hoy el mismo relato que hace medio siglo acusó a las masas checoslovacas –como antes a las berlinesas y a las húngaras– de promover la restauración del capitalismo, un análisis riguroso de los hechos lo desmiente, como veremos en esta tercera entrega de “Revoluciones en el Este europeo”, serie concebida y realizada por el historiador marxista Ronald León Núñez.
El filósofo francés André Glucksmann, que decidió enterrar el Mayo del 68 para repensar el espectro político moderno, acaba de morir el martes a los setenta y ocho años de edad.
Jorge Fontevecchia, en su artículo «Problemas del antiintelectualismo», habla de un tema trascendental. Sería grave que los adversarios del kirchnerismo se conviertan en antiintelectuales, así como es malo que en los medios políticos, periodísticos y académicos haya tantos predicadores y pocos intelectuales. Estamos atrapados en un paradigma arcaico del siglo XIX, mientras la ciencia, la tecnología y la gente viven la revolución más radical de la historia de la humanidad. La política parece una puerta giratoria en la que las mismas personas corren, persiguiendo o perseguidas, en una vuelta como funcionarios del gobierno, en la otra como líderes de la oposición, cambiando banderas de cualquier color con cualquier otro. Todos corren en ese molinete mientras se estanca el país, ahogado por la viveza criolla, el autoritarismo y la falta de respeto por las instituciones. Hay demasiados predicadores para justificar todo esto y pocos intelectuales críticos capaces de pensar con libertad y plantear nuevos caminos.