El gerente de Tabesa, José Ortiz Escauriza, confirmó a ABC Color que efectivamente compró un lote –o al menos una parte– de Darío Messer para agregarlo al estacionamiento de su hotel. “Una empresa de él, que no recuerdo como se llama, compró un terreno muy grande al lado de mi hotel y yo le compré una franja de ese terreno para estacionamiento”, indicó.
José Ortiz Escauriza no es funcionario del Estado paraguayo, es un directivo de empresas del Presidente de la República. Sin embargo, trafica influencias sobre autoridades electas por voto popular, sobre funcionarios públicos y sobre políticos. Opera en momentos claves del país –asesinato de Rodrigo Quintana, la enmienda– y los sujetos de sus llamadas saben el peso del llamador: Es del primer anillo presidencial. Sus actos pueden ser considerados como tráfico de influencias; si fuera funcionario público podría costarle multa y cárcel, según la Ley 2523.
Selva Rodríguez, abogada del suboficial Gustavo Florentín, sindicado como el asesino del joven liberal Rodrigo Quintana el 1 de abril, dijo que su cliente le contó que una persona llamada José dio órdenes al comisario Amado Cantero durante los disturbios.
El ministro de Salud, Antonio Barrios, justificó la función de José Ortiz, gerente de Tabesa, y Luis Canillas, asesor de Yacyretá, como asesores del presidente Cartes. Según consideró, pueden influir en las decisiones del Gobierno.
El empresario José Ortiz, mano derecha de Horacio Cartes, llamó insistentemente al Comandante de la Policía antes del atropello al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) solo porque es una persona “preocupada” por el país, aseguró su abogado.