LONDRES. Setenta y cinco años después de la muerte de Eric Blair, más conocido como George Orwell (1903-1950), sus creaciones literarias distópicas, en las que transformaba textos políticos en arte, se han convertido en un manual para entender la realidad social.
George Orwell es un escritor británico autor de la famosa novela 1984, en la que describía una tiranía feroz que manipulaba en forma increíble el lenguaje. A la guerra le llamaba paz, a la esclavitud, libertad y, a la ignorancia, fortaleza. El ministerio de la guerra era “el ministerio de la paz” y las propagandas de odio eran “campañas por el amor”. Esto dio lugar a que se acuñara el término de “orwelliano” para designar al lenguaje que, por razones políticas, invierte el significado de las palabras.
El Ministerio de la Verdad es una institución creada por George Orwell en su célebre novela “1984”. Para los lectores –no para los intelectuales– debo reseñar que 1984 es una novela política de ficción de George Orwell que describe una sociedad donde se manipula la información, también se practican la vigilancia masiva e invasiva y la represión política y social. En ella surgen las conocidas frases el Gran Hermano y la policía del Pensamiento, la primera de ella muy utilizada en programas televisivos argentinos.
Porque la historia es también historia de la ficción, y porque es también historia ficticia de lo real y porque es también historia de las historias ficticias, en ocasión efemérica de hablar del Día del Libro celebrado esta semana, yo elijo hablar de los libros fabulados, alucinados, delirados y temidos, perseguidos y deseados, incendiados y malditos.
William Seward Burroughs, hombre dado al exceso y a la desviación de lo habitual en el consumo, el sexo y la literatura –drogadicto, homosexual, escritor experimental–, era un buen conocedor de las drogas y de sus efectos (en carne propia), Es muy contemporáneo, por sus ideas, en nuestra sociedad de consumo, que es una sociedad de adictos.
Desde el siglo XX, nuevas formas artísticas, como la fotografía, el cine, el cómic y el rock, han transformado la experiencia estética de la modernidad y la sensibilidad y la cultura contemporáneas en todo el mundo.