La emoción es el alma de toda hinchada, el fútbol es una pasión desbordante para la mayoría. En el marco de la clasificación para el Mundial 2026 (EEUU, Canadá y México), la Albirroja regaló recientemente alegría a todo el Paraguay. Sin embargo, el fervor puede cruzar los límites de la diversión e identificarse con un patriotismo exacerbado.
Muchos creen que ser de Olimpia y no querer ponerse la camiseta de Cerro es algo inofensivo. Sin embargo, ciertos sucesos cotidianos demuestran que el fanatismo descontrolado hace cometer a las personas acciones perjudiciales e incorrectas.
Festejás porque tu equipo gana y te frustrás si pierde. ¡Normal! Sin embargo, hay personas que son extremadamente fanáticas y, cuando los resultados no son favorables, maldicen al árbitro, a los jugadores y a todos los que se crucen en su camino.