La realidad de hoy es que pocas personas pueden darse el lujo de ir a sus casas en horas de la siesta para almorzar y tomarse un descanso. Algunas empresas ya cuentan con lugares especialmente acomodados para el efecto, en los que sus empleados pueden disfrutar de un momento de relax y socialización.
Cuando los propietarios tenían dos hijos, decidieron comprar un terreno y empezar a hacer realidad el sueño de la casa propia. No querían adquirir una casa ya edificada, su anhelo era vivir la construcción, paso a paso. Buscaron un lugar próximo a sus actividades diarias, y comenzaron; la obra estuvo a cargo del arquitecto Gabor Poka, una persona muy querida por la familia.
Los ambientes funcionales a las actividades de una pareja joven muestran líneas rectas en los muebles, que al mismo tiempo alcanzan una notable sobriedad. La deco actual combina tapizados lisos con la ultramoderna mesa de centro. Un diseño que incluye materiales nobles, como el ladrillo, en la composición arquitectónica. Pocos adornos y toques de coloridos almohadones de distintos tejidos se acoplan con una alfombra de fibras.
El equipamiento de los espacios de esta morada es de origen variado, se basa en piezas que son herencia de familia y objetos acumulados de viajes, los cuales se ubican de una manera respetuosa con el espíritu heterogéneo. La vivienda enmarcada en una contemporaneidad conceptual propone la doble altura en el estar y comedor. Además, el uso de amplios cristales templados permiten la máxima conexión con el verdor del exterior y buena entrada de luz.
La madera enmarca el bar en esta área del quincho, uno de los lugares de esparcimiento preferido de la familia. Las luminarias situadas en el techo crean un efecto acogedor que resalta las vetas del machimbre. Las butacas tapizadas y la barra se hallan frente a un mueble con espejos donde se guardan las bebidas y copas. Los electrodomésticos ayudan a mantener la climatización más agradable.
Los propietarios decidieron mudarse de un departamento a esta morada de amplias dimensiones. Antes de instalarse aquí se realizó una reforma total a cargo de los arquitectos Eduardo y Giovanna Dellavedova, quienes diseñaron una fachada minimalista conservando la estructura principal. Se agregaron aberturas que se dispusieron en nuevos sectores espaciosos con nuevo color en los muros, y un brillante porcelanato blanco en el piso.