Sabemos que fueron las cuarentenas implementadas por los gobiernos las que acarrearon la caída más grande de la economía mundial. No fue la pandemia, fue el cierre de la economía causado por los Estados. Es lo que nunca debió hacerse. Y aquí en este espacio lo dijimos.
El borrador de una nueva convención mundial de lucha contra el calentamiento global estará listo en octubre, anunciaron ayer los responsables de la negociación, que esperan poder presentarlo a los 196 ministros firmantes en diciembre en París, donde figurarán los planes de reducción en la emisión de carbono de las grandes economías del mundo.
Algunos economistas aducen que es buena la concentración de capital porque sus tenedores volverán a invertirlo y de ese modo acelerar la tasa correspondiente de la economía y que, finalmente, esa reinversión beneficiará a todos. Para el Dr. Bernardo Kliksberg, quien en julio próximo recibirá el título honorífico Honoris Causa de parte de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), alegó que en ningún lugar del mundo se produjo esa experiencia.
En todos los foros en los que se analiza el futuro de América Latina y el Caribe suele repetirse, con diversos énfasis, la misma pregunta: ¿cómo puede la región sostener y ampliar los importantes avances económicos y sociales alcanzados en las últimas décadas en un contexto de desaceleración y alta volatilidad internacional como el actual?
BUENOS AIRES. Argentina, Brasil, Chile y Uruguay atraviesan “fases de devaluación y de bajo crecimiento” a causa de la nueva política monetaria de Estados Unidos.