En un artículo de 1960, Augusto Roa Bastos saluda «la vigorosa personalidad de Carmen Soler», que «representa por primera vez en la poesía paraguaya la irrupción de la mujer como poeta de combate».
«Imagínese usted, tener que dejarlo todo, tener que partir para siempre, y encima tener que partir, un romano como Ovidio, a un lugar salvaje del norte, a una aldea absurda, a orillas del Danubio. Pero esa terrible desgracia nos ha dado las Epístolas desde el Ponto...» (Carlos Villagra Marsal, conversando una tarde sobre Ovidio, el exilio y otros temas)
En emotiva ceremonia, vecinos, parientes, amigos y alumnos de escuela de la compañía Mbatoví despidieron ayer los restos del escritor paraguayo Carlos Alberto Villagra Marsal, quien fue enterrado en su casaquinta “Última Altura”, ubicada en el kilómetro 93 en el acceso Paraguarí-Piribebuy. Antes, en Asunción, se le rindió homenaje en el Centro Cultural de la República El Cabildo.
En silencio ingresó el féretro de Carlos Villagra Marsal al Cabildo y unos segundos después la gente irrumpió en aplausos, mientras era ubicado bajo la escalera, frente al busto de Carlos Antonio López.
Carlos Villagra Marsal fue un protagonista de la escena intelectual en los últimos cincuenta años.
El influyente autor paraguayo, una figura clave en la literatura nacional, murió este jueves tras una larga batalla con el cáncer.