Villagra Marsal descansa entre sus frondosos árboles y sus animales

En emotiva ceremonia, vecinos, parientes, amigos y alumnos de escuela de la compañía Mbatoví despidieron ayer los restos del escritor paraguayo Carlos Alberto Villagra Marsal, quien fue enterrado en su casaquinta “Última Altura”, ubicada en el kilómetro 93 en el acceso Paraguarí-Piribebuy. Antes, en Asunción, se le rindió homenaje en el Centro Cultural de la República El Cabildo.

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PARAGUARÍ (Emilce Ramírez, de nuestra redacción regional).Los familiares cumplieron el deseo del escritor, quien había manifestado que quería ser enterrado en su “Última Altura”, donde acostumbraba disfrutar de frondosos árboles, aire puro, aguas cristalinas y de sus animales, que recorren la vasta zona boscosa, y de un paisaje natural que se visualiza desde su vivienda y del cual no quiso desprenderse.

Aquejado de cáncer, Villagra Marsal falleció a los 83 años. Los vecinos lo recuerdan con mucho cariño. Sus cuatro hijas, un hijo y su esposa lo evocaron como al hombre implacable, recto y servicial que siempre dio trabajo a los lugareños y se hizo querer en la comunidad Mbatoví, por lo que todos ahora lloran su partida.

El cortejo fúnebre partió desde Asunción escoltado por la Policía Nacional, lo que permitió facilitar el acceso para llegar hasta su amada “Última Altura”, donde lo aguardaban muy acongojados sus vecinos, familiares y amigos.

El responso estuvo a cargo del padre José Zanardini, quien manifestó que ahora el escritor pasa a una mejor vida y rogó que los familiares tengan una cristiana resignación y que Dios ilumine a todos sus seres queridos para que encuentren fortaleza.

Su hijo Rodrigo manifestó que su papá había pedido que cuando muriera lo enterraran en su casa, “en mi quinta”, donde tanto se inspiró y de la que tanto disfrutaba. Agradeció a los presentes por acompañar a su padre en su última morada. “Él quiso mucho su hogar, su comunidad y ahora nos deja” manifestó muy acongojado.

El escritor fue enterrado bajo tierra. Con rosas y aplausos, sus deudos dejaron que descanse en paz.

El autor de “Mancuello y la perdiz” y otros libros más falleció el jueves. Sus restos fueron velados en el Jardín de la Paz y ayer a la mañana fueron llevados a El Cabildo, donde se le rindió un homenaje en el que hablaron escritores y autoridades nacionales y de la Comuna.

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