Una investigación periodística constató que una prima del ministro de Vivienda y Urbanismo, Juan Carlos Baruja, atendía una despensa en Paraguarí y a la vez cobraba 4.500.000 guaraníes mensuales como funcionaria de la Cámara de Diputados, el cómodo albergue de familiares cercanos de varios de sus miembros. Quizás su aporte al buen desempeño institucional era absolutamente innecesario, tanto como el de los 484 funcionarios del Poder Legislativo comisionados en 171 entidades públicas. El problema esencial de nuestra superpoblada administración pública radica en el incumplimiento liso y llano de las normativas: podrán ser mejoradas, sin duda, pero mientras persista el desapego impune a la legalidad, en vez de un concurso público de oposición, el patrocinio de un mandamás es condición necesaria y suficiente para ocupar un cargo público.
El titular del Tribunal Superior de Justicia Electoral, Jaime Bestard, justificó la promoción de la funcionaria María Fredesvinda Barrios Gómez, quien de guardia de seguridad pasó a ser asesora y actualmente es su jefa de gabinete. La joven percibe ingresos 10 veces más altos de lo que ganaba hace tres años.
Ser dirigente colorado es una condición que excluye para la postulación de cualquier cargo público, lamentó ayer Mario Martín Arévalo, miembro de la Junta de Gobierno. Señaló que la ANR debería pronunciarse en contra de esta “discriminación”.
El presidente del P-MAS, Camilo Soares, descartó los rumores que lo ubicaban como nuevo jefe de Recursos Humanos del Instituto de Previsión Social (IPS). Dijo que no aceptará ningún cargo público en este Gobierno.