AREGUÁ. El Centro Ambulatorio de Especialidades (CAES) habilitó un espacio para niños y adolescentes donde reciben atención médica, odontológica, psicológica, nutrición, vacunación y planificación familiar. El bloque fue mejorado a través de autogestión.
El eminente académico italiano y siempre recordado profesor Enzo Spaltro, en conversaciones de reflexión en el CAES, hace ya algunos años, había afirmado que el malestar está dado, pero el bienestar, en cambio, se la debe construir.
“¿Alguien está estancado en un proyecto en la empresa, esperando que alguien más tome iniciativas para hacer que las cosas se muevan? ¿alguien está en una relación profesional rota, sea con un gerente, un colega, o un empleado, esperando que la otra persona asuma la culpa y arregle las cosas? ¿alguien está buscando una manera fácil de mejorar su productividad?”, preguntaba un colega, que se había formado en la escuela fundada por Nathaniel Branden, el padre del movimiento de la autoestima, a su audiencia en el CAES hace unos años.
Aprender cómo aprender es probablemente lo más importante que una organización o persona pueda aprender. Cuando se pregunta a los participantes de programas de capacitación organizacional del CAES qué sistema de aprendizaje organizacional emplean en sus organizaciones, las respuestas varían desde no existe, se programan cursos anuales, hasta aseverar que las organizaciones naturalmente resisten al cambio, que es por supuesto una tautología.
“Soy líder, no gerente”, exclamaba un connotado participante en las aulas del CAES hace un par de años, significando que él lideraba su organización pero las cuestiones gerenciales lo manejaba otra persona. Esta distinción aparentemente contrapuesta, administración vs. liderazgo, todavía se sigue escuchando en estos días que dice que la administración se focaliza en lograr que se haga el trabajo a tiempo y dentro del presupuesto, en otras palabras: ejecución y control mientras el liderazgo se focaliza en cambio e innovación.