Mientras los diplomáticos negocian a puerta cerrada en Busan un tratado para frenar la contaminación por plásticos, los recicladores informales, que trabajan día tras día en los vertederos recogiendo y clasificando desechos, luchan por ser reconocidos.
Vecinos de la ciudad de San Lorenzo denuncian la quema diaria de cubiertas, heladeras y todo tipo de basura metálica que recicladores juntan.
Un grupo de personas dedicadas al reciclaje se manifestó contra el proyecto de ley que permite la importación de residuos sólidos al país, que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados.
En Puerto Botánico, en inmediaciones del acceso a la costanera norte el Ministerio del Ambiente y Desarrollo va a iniciar un procedimiento para intervenir el lugar debido a que se depositan en el lugar materiales contaminantes, pero los recicladores afirman que no tiran basuras al agua.
Cerca de 200 niños que viven en Asunción y que trabajan junto a sus padres recicladores están fuera del sistema de educación formal. Este mes, se abrió una escuela en el refugio Copaco y, por primera vez, unos 120 niños acceden a clases.
Trabajadores informales del vertedero municipal de Asunción se manifiestan exigiendo a las autoridades la creación de una planta recicladora ante el probable cierre del sitio.