23 de diciembre de 2024
Existe un fuerte consenso en que el hambre en el mundo está aumentando. No obstante, cerca de un tercio de todos los alimentos producidos se pierden o desperdician de diversas formas: porque son perecederos y no hay mercado o buen precio, no se industrializan para agregarles valor, no se conservan para períodos de escasez, por falta de planificación o capacitación, entre otras.