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Aquí hay que considerar el buen o mal uso de los recursos que se emplean para su producción, procesamiento y comercialización; o sea, hay que tener en cuenta la mano de obra, agua, energía, suelo, tecnología, lo que en definitiva acarrea consecuencias ambientales, sociales y económicas, que muchas veces ni siquiera se estiman.
PÉRDIDA DE ALIMENTOS
El concepto hace referencia a cualquier alimento que se pierde en la cadena productiva y de comercialización entre el productor y el mercado. Las causas pueden ser: baja calidad de los productos cosechados, ataques por plagas o enfermedades, eventos climáticos no deseables; problemas en la recolección, manejo, almacenamiento, envasado o transporte. Además, falta de mercados, ingreso ilegal de alimentos que compiten en precio (muchas veces no en calidad) con los locales, falta de caminos de todo tiempo.
DESPERDICIO DE ALIMENTOS
El desperdicio de alimentos se refiere a cualquier producto comestible (para consumo humano), fresco o cocinado que es descartado. La comida se desperdicia de varias maneras: los productos frescos se descomponen fácilmente por el calor y ya no se aprovechan o se destinan, por ejemplo, a comedores públicos; son arrojados, incluso, en vertederos improvisados a cielo abierto; los alimentos que están con fecha próxima de vencimiento no se ofrecen o emplean, por ejemplo, para enseñar prácticas culinarias. Por ejemplo, el tomate que se pierde puede servir para mostrar cómo preparar salsas, jugos y otros caseros que pueden conservarse en el hogar; lo mismo con los pepinos, las cebollas, las naranjas, las bananas para preparar postres o dulces, entre otros.
LA ESTRATEGIA “MÁS ALIMENTO, MENOS DESPERDICIO”
La Unión Europea ha implementado una nueva etapa de esta estrategia para el período 2017-2020, que se inició en el 2013. De acuerdo con Marta Chavarrías, el objetivo de esta nueva etapa es seguir controlando el desperdicio en todos los eslabones de la cadena alimentaria y aplicar las medidas necesarias en cada caso. Pero, para ello, se insiste en la importancia de contar con la colaboración y trabajo articulado de entidades, asociaciones, empresas, productores y consumidores en general.
CÓMO REDUCIR EL DESPERDICIO DE ALIMENTOS
Entre las medidas reconocidas para disminuir el desperdicio alimentario se citan: adquirir productos de temporada y consumir la comida por orden de entrada; o sea, la más antigua primero. Ajustar la preparación y cocinar lo justo. Conservar de forma adecuada los alimentos, evitando que alcancen su fecha de vencimiento o que se descompongan. Aplicar las “Tres R Ecológicas”: reutilizar, o sea, muchos restos de comidas y alimentos pueden aprovecharse para preparar otros platos; reciclar, vale decir, con los residuos orgánicos que no pueden reutilizarse es posible preparar un abono orgánico o compost para plantas y flores de jardín; reducir, o sea, comprar y consumir de manera responsable. Arrojar como basura en contenedores solo lo que no se pueda aprovechar.
CONCLUSIÓN
De acuerdo con la FAO, lograr una menor pérdida de alimentos y reducir su desperdicio permitirían un uso más eficiente de la tierra y una mejor gestión de los recursos hídricos, con impactos positivos en el cambio climático y los medios de vida. Esto es clave para el logro de dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): el ODS 2, de hambre cero, y el ODS 12, de garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, y reducir la huella ecológica.
(*) Especialista en Comunicación Rural.